REUNIONES POR ZOOM

El mes pasado fue noticia el video de un juicio por zoom en Texas, Estados Unidos, en el que se ve a un abogado como un gatito. Sí, en apariencia. Lo que sucedió es que tenía activado el filtro de una aplicación en su webcam y se presentó públicamente como un animal. Lo gracioso fue la transformación visual y la explicación del abogado que ignoraba cómo desactivar el filtro.

Este hecho que se hizo público —por la disrupción de la situación— puede vincularse con la propuesta del sociólogo Erving Goffman, que en su clásico ¨La presentación de la persona en la vida cotidiana¨ (1959) y desde el interaccionismo simbólico, proponía que las acciones con la que una persona aparecía ante otros influirán en la definición de la situación que se generaría entre ellos. Es decir, que las personas llevan a cabo una representación frente a otro —el autor utiliza la metáfora del teatro para explicar las interacciones sociales— y tratan de controlar cómo los otros los perciben. En este caso, es la aparición transformada del abogado en la imagen que descoloca la interacción de las personas —que esperan seriedad y sobriedad— y se produce en cambio un papelón o blooper.

Vayamos a lo concreto: siempre que nos presentamos visualmente ante otro, y en especial de manera virtual, debemos de tener una serie de elementos en cuenta. Pasemos a algunas pistas de ciertas consideraciones. Hay más, pero esta vez nos concentramos en grandes detalles:

  • Antes de entrar a una reunión se puede acceder a otra aplicación de video, o previsualizar la imagen antes de entrar a una reunión en zoom, para certificar qué es lo que se presenta en la imagen.
  • El lugar en donde realizamos la comunicación, preferentemente debería ser un ambiente cerrado y controlado. Si no, recordemos el video del profesor universitario que mientras hablaba para CNN en vivo, aparecieron sus hijos detrás de escena, y tras ellos, su esposa, sacándolos rápidamente de la escena.
  • Con respecto a los fondos de la pantalla, es recomendable posicionarse de manera que detrás se vea lo menos posible del entorno o, en todo caso, objetos que transmitan un ambiente de trabajo ordenado, y limpio. Y que no distraiga.
  • Se pueden utilizar fondos de pantalla artificiales. Algunas organizaciones decidieron realizar fondos especiales, con su logo u otros elementos visuales de identificación organizacional. Si bien es una propuesta que puede ser profesional, también genera un espacio que no es ¨real¨ y que no identifica a la persona en un lugar físico. Si no se tiene privacidad, se puede utilizar, pero dan un aspecto de irrealidad o de imposibilidad de ubicar a una persona en un sitio concreto.
  • Con respecto a los fondos de pantallas virtuales, cuidemos que la temática elegida —lo que hace referencia— esté dentro de los códigos establecidos por la reunión. El año pasado, se puso de moda hacer videollamadas con fondos de bibliotecas, como describió el New York Times, este entorno se convirtió en un signo de autoridad.
  • Siempre chequear que la luz —natural o artificial— nos ilumine de forma uniforme, sin generar grandes espacios de sombras o oscuridades en nuestro rostro. Estar bien iluminados y en especial nuestro rostro permite mostrar de forma más clara los gestos de la cara. No olvidemos que comunicamos a través de nuestra fisonomía, como diría también Goffman, las personas se comunican por lo que expresan y por lo que emanan.

Mariangela Giaimo

 

 

 

 

 

 

 



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